Los ejemplos de productos o sustancia que han pasado de la legalidad a la ilegalidad a lo largo de la historia son numerosos, ya sea por avances en la investigación de los efectos secundarios, por la aparición de alternativas, por el cambio de valores en la sociedad o simplemente por la acción del mercado.
En el último siglo hemos visto saltar de las vitrinas de las boticas a los lineales de los supermercados a más de un producto de consumo habitual en la actualidad: la Coca Cola, el agua mineral embotellada, las infusiones como el té o la manzanilla, el yogur… Son algunos ejemplos de productos que comenzaron vendiéndose en las farmacias debido a sus «supuestas» propiedades beneficiosas pero que rápidamente dieron el salto a la distribución de gran consumo.
En el lado opuesto se encuentran los productos desterrados del mercado libre debido a los terribles efectos secundarios que producen, que superan enormemente a los «supuestos» (nuevamente) efectos positivos por los que se comercializaban. A este grupo pertenecen la cocaína, la heroína, el opio y el tabaco, entre otros.
Hoy profundizaremos en la historia reciente del primer grupo y dejaremos el segundo para otra ocasión.
Coca-Cola
John Pemberton creó la popular bebida el 8 de mayo de 1886 en la farmacia Jacobs de la ciudad de Atlanta, Georgia.
Con una mezcla de hojas de coca y semillas de nuez de cola quiso crear un remedio, que comenzó a comercializarse como una medicina que aliviaba el dolor de cabeza y disimulaba las náuseas; luego se vendió en su farmacia como un remedio que calmaba la sed, a 5 centavos el vaso. Frank Robinson le puso el nombre de Coca-Cola, y con su caligrafía diseñó el logotipo actual de la marca. Al hacerse famosa la bebida en 1886, se ofreció a su creador venderla en todo Estados Unidos. Pemberton aceptó la oferta (vendió la fórmula y su empresa por 23 300 dólares) y se abrieron varias envasadoras en Estados Unidos. Más tarde, un grupo de abogados compró la empresa e hizo que Coca-Cola llegara a todo el mundo. Desde ahí la empresa se convirtió en The Coca-Cola Company. (Fuente: Wikipedia)
Agua Mineral
Las propiedades del agua mineral son innumerables y muy beneficiosas para nuestro organismo. Su correcto desarrollo paro dotarla de propiedades curativas mas allá de la hidratación es algo difícilmente sostenible hoy en día. Por ello, a lo largo del siglo XX dio el salto desde el misticismo de las boticas hasta las grandes superficies. Aquí se encontró un nicho de mercado muy interesante a través del consumo de lujo, pues esta agua se asocia con grandes marcas y prestigiosos diseñadores para desarrollar líneas de negocio de alto valor.
Yogur
En las farmacias se vendía una especie de leche estropeada que algunos médicos recomendaban a determinados pacientes. Esta leche se llamaba yogur, y era muy poco conocida en los países occidentales, en los que no había yogur en los supermercados.
En la Europa oriental era distinto. Griegos, búlgaros, armenios y georgianos eran devotos consumidores de este producto. Entonces, en la prensa empezaron a aparecer fotografías de nobles ancianos del Cáucaso, armados hasta los dientes y con enormes bigotes blancos. En el pie de foto se explicaba que por allá era normal llegar a centenarios, y que el secreto de esa longevidad era el elevado consumo de yogur que hacían esos señores.
La elaboración, distribución y venta del yogur pasó de las farmacias a las multinacionales del sector lácteo. Había que vender la producción, por supuesto, ¿y qué mejor reclamo que los centenarios armenios? La gente, como siempre pasa, picó: y los yogures empezaron a ser habituales en las despensas.
